INSTITUCIÓN
EDUCATIVA ESCUELA NORMAL SUPERIOR DE MONTERÍA
PLAN
DE CLASE
BLOQUE TEMÁTICO: sistema digestivo
DOCENTE EN FORMACÓN:
·
Ana Lucía Cohen González
·
Paula Figueroa González
·
Paola Figueroa González
ÁREA: CIENCIAS NATURALES
GRADO: 1
Estándar: Me identifico como
un ser vivo que comparte algunas características con otros seres vivos y que se
relaciona con ellos en un entorno en el que todos nos desarrollamos.
LOGRO:
Reconoce el proceso por el que pasan los alimentos
cuando los consumimos
INDICADORES DE LOGRO:
·
Contribuyo al buen
funcionamiento de mi sistema digestivo teniendo una dieta saludable.
·
Identifica los órganos del
sistema digestivo
MOMENTOS DE LA CLASE
1. SITUACIÓN:
El profesor Celulón es
un científico un tanto peculiar.
Tiene un microsubmarino
con el que está viajando por el interior de nuestro cuerpo.
Pero, como es tan despistado, se ha olvidado de
los mapas y de la información necesaria para recorrerlo y evitar sus peligros.
Por eso necesita nuestra ayuda.
¿Te animas a echarle una
mano para que pueda completar su viaje?
Lo que tienes que hacer
para ayudar al profesor Celulón es lo siguiente:
Dibujar
el interior "navegable" de nuestro cuerpo:
Hacer
fichas de las zonas del aparato digestivo y preparar imágenes sobre ellas.
2.
CONCEPTO:
Estás sentado a la hora de comer, disfrutando de tu
pizza, tu pollo a la brasa y tu naranja. Después de devorar todos estos
manjares, rematas la faena con un vaso de leche, te limpias la boca y te
diriges hacia la siguiente clase. Dentro de unos minutos estarás pensado en tu
juguete preferido. Te habrás olvidado completamente de lo que acabas de comer.
Pero todavía lo tendrás en el estómago -¡una especie de experimento científico
que ocurre constantemente!
Tu aparato digestivo empezó
a trabajar incluso antes de que hincaras el diente a la pizza. Y seguirá
ocupado digiriendo tu comida recién masticada durante las próximas horas - o a
veces días, en función de lo que hayas comido. Este proceso, denominado
digestión, permite que tu cuerpo obtenga los nutrientes y la energía que
necesita a partir de lo que comes. Ahora vamos a averiguar qué está ocurriendo
con tu pizza, tu pollo, tu naranja y tu leche.
La movida empieza en
la boca
Antes de que des el
primer bocado a un alimento sabroso, cuando lo hueles, lo ves o piensas en él,
empieza la digestión. Se te empieza a formar saliva en la
boca. Cuando comes, la saliva inicia el proceso de descomposición de las
sustancias químicas que contienen los alimentos y ayuda a ablandarlos para que
resulte más fácil tragarlos. La lengua te ayuda
empujando los alimentos por la boca mientras tú masticas con los dientes.
Cuando estás preparado para tragar, la lengua empuja un trocito de comida
triturada y ablandada, llamada bolo alimenticio, hacia la parte posterior de la garganta,
para que entre por la abertura del esófago, la segunda parte del tubo
digestivo.
El esófago es un tubo elástico que mide unos 25
centímetros de largo. Conduce la comida desde la parte posterior de la garganta
hasta el estómago. Pero en la parte posterior de la garganta también se
encuentra la tráquea, que permite que el aire entre y salga de tu cuerpo.
Cuando tragas una bolita de comida triturada y ablandada o a algún líquido, una
lengüeta de un tejido especial llamada epiglotis cierra
la abertura de la tráquea para garantizar que la comida entre en el esófago, en
vez de en la tráquea.
Si alguna vez has bebido algo demasiado deprisa,
has empezado a toser y alguien te ha dicho que la bebida "se te ha ido por
el otro lado", lo que quería decir esa persona es que el líquido te había
entrado en la tráquea por error. Esto sucede cuando a la epiglotis no le da
tiempo a cerrarse, y te pones a toser involuntariamente (sin pensar en ello)
para despejar la tráquea.
Una vez la comida entra en el esófago, no va
directamente al estómago. En lugar de ello, los músculos de las paredes del
esófago se mueven describiendo un movimiento ondulatorio para ir aplastando el
alimento al tiempo que lo hacen descender esófago abajo. Esto dura
aproximadamente 2 ó 3 segundos.
Nos vemos en el
estómago
El estómago está unido al extremo inferior del
esófago. Se trata de un "saco" elástico que tiene la forma de la
letra "j". Desempeña tres funciones importantes:
·
Almacenar la comida que ingieres
·
Descomponer los alimentos en una mezcla
líquida
·
Vaciar lentamente ese líquido al
intestino delgado
El estómago actúa
como una batidora, mezclando y triturando todas las bolitas de alimento
procedentes del esófago en fragmentos cada vez más pequeños. Esto lo hace con
la ayuda de los fuertes músculos que tiene en sus paredes y los jugos gástricos que éstas segregan. Aparte de
fragmentar y descomponer la comida, los jugos gástricos también ayudan a
destruir los gérmenes y bacterias que pueden contener los alimentos que
ingieres.
¡Adelante! ¡Hacia el intestino delgado!
Más de 6 metros de
intestino
El intestino delgado es un tubo largo, con un
diámetro o contorno entre 3,5 y 5 centímetros, que está replegado sobre sí
mismo en tu interior, debajo del estómago. Si extendieras completamente tu
intestino delgado, mediría aproximadamente 6,7 metros de largo - ¡como 22
cuadernos alineados uno detrás de otro!
El intestino delgado
desempeña la importante función de descomponer la mezcla de alimentos
procedente del estómago todavía más, para que tu cuerpo pueda absorber todos
los nutrientes que contiene: vitaminas, minerales, proteínas, hidratos de
carbono, y grasas. El pollo asado contiene muchas proteínas - y un poco de
grasa - y el intestino delgado te ayudará a absorberlas, siempre y cuando sus
amigos - el páncreas, el hígado y la vesícula biliar -
le echen una mano.
Los órganos que
acabamos de mencionar envían distintos jugos a la primera porción del intestino
delgado. Estos jugos ayudan a digerir los alimentos y permiten que el cuerpo
absorba los nutrientes que contienen. El páncreas fabrica unos jugos que ayudan
al organismo a digerir las grasas y las proteínas. Un jugo que segrega el
hígado llamado bilis ayuda a que se absorban
las grasas en el torrente sanguíneo. Y la vesícula biliar es como un almacén de
bilis, donde se almacena este jugo para cuando el cuerpo lo necesite.
Los alimentos que ingieres pueden permanecer hasta
4 horas en tu intestino delgado, hasta que se convierten en una mezcla líquida
y acuosa. Es un tiempo bien empleado, porque, al final del viaje, los
nutrientes procedentes de la pizza, el pollo, la naranja y la leche podrán
pasar del intestino a la sangre. Una vez en la sangre, tu cuerpo estará mucho
más cerca de aprovechar los hidratos de carbono complejos contenidos en la masa
de la pizza, la vitamina C de la naranja, las proteínas del pollo y el calcio
de la leche.
La próxima parada para los nutrientes es ¡el
hígado! Y los productos de desecho - las sobras de los alimentos que tu cuerpo
no puede utilizar - seguirán avanzando hacia el intestino grueso.
Ama tu hígado
La sangre rica en
nutrientes va directamente al hígado, donde es procesada. El hígado se encarga
de filtrar las sustancias nocivas o productos de desecho, transformando algunos
de estos desechos en más bilis. El hígado hasta ayuda a determinar qué cantidad
de nutrientes se distribuirá al resto del cuerpo, y qué cantidad se quedará almacenada a modo de
reserva. Por ejemplo, el hígado almacena ciertas vitaminas y un tipo de azúcar
que el cuerpo utiliza para obtener energía.
Esto sí que es un
intestino grueso
Con un diámetro o
contorno de entre 7 y 10 centímetros, el intestino grueso es,
efectivamente, más grueso que el delgado, y es casi la última parada que hacen
los alimentos en el tubo digestivo. Al igual que el intestino delgado, está
replegado sobre sí mismo en el interior de tu cuerpo, y, si lo extendiéramos
completamente, mediría aproximadamente 1,5 metros de largo. El intestino grueso
tiene un tubito con un extremo cerrado que sobresale y que recibe el nombre
de apéndice. Aunque el apéndice forma parte del tubo
digestivo, no parece desempeñar ninguna función, pero puede dar problemas
porque a veces se infecta y se tiene que extirpar (es decir, extraer mediante una
operación).
Como ya hemos comentado, una vez se ha extraído la
mayor parte de los nutrientes de la mezcla líquida de alimentos, queda lo que
se conoce como productos de desecho -el material que tu cuerpo no pudo utilizar
y que tiene que ser expulsado al exterior. ¿Adivinas donde acaba? Bueno, aquí
tienes una pista: para perderlo de vista, tienes que tirar de la cadena.
Antes de ser
expulsados, los productos de desecho pasan por la porción del intestino grueso
llamada colon, que es donde el cuerpo tiene la última
oportunidad de absorber el agua y algunos minerales, vertiéndolos al torrente
sanguíneo. A medida que los productos de desecho van perdiendo agua, se van
endureciendo mientras avanzan por el intestino grueso hasta convertirse en un
sólido. Sí, son las cacas (más finamente denominadas heces, deposiciones o
movimientos intestinales).
El intestino grueso
va empujando las heces hasta que llegan al recto, la última
porción del tubo digestivo. Los productos de deshecho en estado sólido permanecen
aquí hasta que tú tienes ganas de ir al baño. Cuando vas al baño, te desprendes
de esos productos de desecho expulsándolos a través del ano. ¡Y es ahora cuando la cadena entra en acción!
Échale una mano a tu
sistema digestivo
Puedes ayudar a tu sistema digestivo bebiendo agua
y llevando una dieta saludable que contenga alimentos ricos en fibra. Los
alimentos ricos en fibra, como la fruta, la verdura y los cereales integrales,
ayudan a las heces a avanzar a lo largo del tubo digestivo. El sistema digestivo
es una parte muy importante de tu cuerpo. Sin él, no podrías obtener los
nutrientes que necesitas para crecer y mantenerte sano. La próxima vez que te
sientes a comer, sabrás adónde va todo lo que comes - ¡de principio a fin!
1.
APLICABILIDAD:
Enumera los siguientes
órganos teniendo en cuenta su ubicación en el cuerpo humano.